Los preescolares no
son simplemente adultos pequeños en fabricación. Son personas que
necesitan que el aprendizaje sea relevante para ellos en el aquí y
ahora, y no sólo sobre lo que necesitan saber para el próximo año. De
acuerdo con Hunter y Pearn, los planes de lecciones de matemáticas deben
incluir actividades relacionadas con los números, formas, unir y separar
las cosas, relaciones espaciales, medidas y patrones, y predicción. Hay
tres niveles de conocimiento numérico: la memorización, el
reconocimiento de número y la correspondencia uno a uno.
Memorización de números
Enseñar a los niños de
preescolar a contar comienza poniendo a su disposición actividades
relacionadas con el conteo de memoria, lo que significa decir el nombre
de los números, pero sin saber nada acerca de lo que significan. Muchas
canciones y juegos de dedos hacen
hincapié en los números, y una maestra de preescolar puede tomar
cualquier canción que los niños sepan y convertirla en una canción de
contar de memoria. Por ejemplo, una canción para contar con la melodía
de "Mary Had a Little Lamb" es "1, 2, 3, 4, 5, corderitos, 5 corderitos, 5 corderitos, 1, 2, 3, 4, 5, corderitos en una fila.
Reconocimiento de números
El reconocimiento de los
números es una habilidad de nivel superior al conteo de memoria y se
refiere a la capacidad de reconocer visualmente y nombrar los números.
Enseñar a los niños a reconocer los números de una manera funcional
podría ser crear un juego llamado "Búsqueda de números". Este juego se
puede jugar dentro y fuera del aula. Consiste en pedir a los niños que
miren alrededor y encuentren números. El profesor realiza un seguimiento
de la cantidad de números que la clase encuentra durante el juego en
diferentes ambientes. Esta información se coloca en una tabla para que
los niños miren y hagan comparaciones de más, menos, pocos, muchos, etc.
Correspondencia uno a uno
La comprensión de la
correspondencia uno a uno es la capacidad de hacer coincidir un número
verbal o escrito con un elemento. El dominio de la correspondencia uno a
uno permite que un niño cuente al tocar los objetos que se están
contando. El desarrollo de esta habilidad requiere práctica
significativa como contar el número de platos, vasos y servilletas, a
medida que el niño los pone sobre la mesa para la merienda o el
almuerzo, contar cuántas escaleras sube y baja, la cantidad de pasos que
se necesitan para caminar de una habitación a otra o cuántos crayones
hay en la caja. Los niños pueden contar casi todo lo que hacen durante
el día.
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